miércoles, 19 de octubre de 2011

Misquitos

La población misquita es descendiente de las tribus Chibchas, quienes vivieron en los bosques bajos del norte de América del Sur antes de la llegada de los europeos. El nombre misquito, posiblemente provenga o este relacionado al "mosquete" que era el fusil introducido por los ingleses y que se negociaba en aquella costa.
El origen de los misquitos como grupo étnico, no está claro. Los misquitos mismos y muchos estudiosos consideran que ellos siempre han sido misquitos. Algunos autores coinciden en que el pueblo misquito surgió en el siglo XVII, de una mezcla social y biológica de bawinkas, tawahkas (sumos), africanos y europeos.
Linda Newson afirma que no existen referencias a los misquitos y al parecer éstos surgieron a inicios del período colonial, emergiendo durante el siglo XVII. La referencia más temprana a los misquitos según Newson, la hace el bucanero Exquemelin, quien, en 1672, observó que formaban una pequeña nación de 1600 a 1700 habitantes. En 1681, Dampier, haciendo un estimado más conservador, observó que, No son más que una pequeña nación o familia, y no hay 100 hombres de ellos en número, habitando la tierra firme al norte, cerca del cabo Gracias a Dios; entre el cabo Honduras y Nicaragua.
Se ha sugerido, y parece probable, que los mosquitos sean un grupo puramente histórico que se origino en la mezcla de indígenas Sumos con negros que naufragaron en los Cayos Mosquitos en 1641.
En 1711, el Obispo de Nicaragua describió así el origen de los "Zambos ó Misquitos":
"En el año de 1641 se perdió un navío cargado de negros en la costa del mar del norte y en la parte entre la boca del Río San Juan, provincia de Nicaragua y la ciudad de Trujillo provincia de Honduras... recogiéndose la tercera parte de los negros y los demás se retiraron y guarecieron entre las malezas de aquellas montañas ocupadas por indios caribes que celosos y recelosos de aquellos nuevos huéspedes le hicieron guerra entre sí muy cruda, vencieron con el tiempo los negros a los caribes, retirándose estos montaña adentro hacia las tierras de Segovia y Chontales... quienes hoy en día tienen fiera enemistad con ellos... Con las mujeres de los vencidos se fueron multiplicando los vencedores, y por que ya murieron aquellos primeros huéspedes se llaman hoy sus descendientes zambos por ser hijos de negros y de indios."
Existe alguna evidencia biológica que apoya el origen racial mixto propuesto para los misquitos. En un examen de los grupos sanguíneos de indígenas tawahkas y misquitos de la zona del Río Segovia, Matson y Swanson encontraron que, mientras todos los Sumos pertenecen al grupo "O", la distribución de grupos sanguíneos entre los misquitos era de 90% "O", y el porcentaje restante de los tipos "A y B".
La próxima asociación entre los tawahkas y los misquitos puede verse en sus leyendas y lenguajes. Por ejemplo, una leyenda tawahka relata cómo los antepasados tribales, Mai-Sahana y Yapti-Misri, nacieron de una gran roca cerca del Río Patuca y luego dieron a luz a los misquitos, tawahka y ohlawa. Similarmente, la lengua misquita es más parecida al dialecto Bawihka del Tawahka. Sin embargo, sus mínimas variantes dialectales en comparación a los Sumos, cuyos dialectos varían tanto, que los distintos subgrupos encuentran dificultad para la comunicación, sugiere su origen más reciente. Además el dialecto de los misquitos tiene un mayor número de extranjerismos, especialmente del español y del inglés, existe alguna muestra, aunque leve de influencia africana.
De su origen localizado cerca del Cabo del Gracias a Dios, los zambos-misquitos se dispersaron a lo largo de la costa, desplazando y dominando a otros grupos indígenas, especialmente a los Payas y Tawahkas. Esta etnia fue extendiendo sus dominios a lo largo de la costa caribeña y aumentando su número también. En 1774, Long reportó que los Mosquitos eran más numerosos cerca del cabo de Gracias a Dios, especialmente río arriba por el Wanks, y alrededores de Sandy Bay, donde reside su rey?. Igualmente, había diferencias espaciales en la composición racial de los zambos-misquitos, siendo más fuertes la influencia negra al norte del cabo de Gracias a Dios y Sandy Bay, y la influencia indígena más dominante hacia el sur.
Esto probablemente refleja la ubicación del naufragio y el hecho de que el área hacia el norte recibió una influencia más constante de esclavos negros importados para trabajar en las plantaciones inglesas. A pesar de estas variantes espaciales en el carácter racial de la población que habitaba la Costa de los Mosquitos(como antiguamente se le nombraba), la mayoría de los documentos se refieren a los grupos mezclados de indios y negros colectivamente como zambos-misquitos.
Aparentemente, los misquitos surgieron del contacto estrecho con piratas ingleses y los comerciantes del caribe en el transcurso del siglo XVII, como resultado de la unión de indígenas con negros y algunos blancos. Los misquitos son hasta el presente ejemplo de etnia en la que a pesar de las mezclas raciales, se ha mantenido la herencia cultural indígena. Entre sus medios de subsistencia se encontraba el contrabando y el comercio de mercancías inglesas al igual que la venta de esclavos tomados prisioneros (pech y tawahkas) en sus correrías por los territorios vecinos. La institución de un reinado con carácter hereditario también formaba parte de la tradición misquita. El rey simbolizaba para los misquitos, la cima del orden político, representaba los intereses de su pueblo frente a los extranjeros, era el juez y la mayor autoridad militar. A la llegada de los ingleses la posición de éste rey fue legitimada por ellos y la "coronación" del mismo tenia lugar por mandato de los mismos ingleses en Jamaica o Belice (ambos lugares eran capitales del dominio ingles en el caribe). En la práctica el rey nunca tuvo ni autoridad ni supremacía alguna en lo que respecta al control de la política interna y externa, era una marioneta de los ingleses colocada solo como una figura central del poder local. Debido a esto, la comunidad y la familia ejercían los fundamentos de la vida política de los misquitos, cuya autonomía era apenas tocada por el poder estatal.
Precisamente la debilidad de la figura del rey misquito puede ser entendida como la garantía de una mayor autonomía de las comunidades indígenas. Los misquitos surgen como pueblo bajo condiciones coloniales, por ello entremezclan a menudo de manera indistinta, elementos propios y foráneos.

Lencas

Los Lencas son un pueblo amerindio que habita en los departamentos de Escuintla, Santa Rosa y Jutiapa en Guatemala, en el occidente de El Salvador y en el departamento de Lempira, Honduras, conocido como lenca. Hasta mediados del siglo XIX había indígenas pipiles en Nicaragua.
Son el único grupo de origen azteca, o más probablemente tolteca, en un área predominantemente maya. Pipil significa ‘muchacho’ en lengua náhuatl y se les llamó así por su peculiar dialecto aztecoide.
Productores de maíz, fríjol y calabaza, han sufrido la aculturación. La mayoría de los pipiles han perdido su lengua indígena pero no así su memoria etnohistórica, por lo que se han convertido en uno de los pueblos amerindios de más confuso análisis etnográfico.
En El Salvador, tras una larga clandestinidad impuesta por la matanza de 1932, se agrupan en organizaciones autóctonas siendo la más extendida la Asociación Nacional de Indígenas Salvadoreños, liderada por la familia Esquino.
En Honduras, donde la tenencia de la tierra lenca es comunal pero titulada individualmente, los conflictos con la Iglesia católica propiciaron que en 1989 se fundara la Organización de Nacionalidades Indígenas Lencas de Honduras; sin embargo, sólo se extiende al 2% de este pueblo estando el resto vinculado a gremios campesinos. Se cree que actualmente pueden vivir 300.000 indígenas pipiles en Guatemala, 300.000 en El Salvador y 80.000 lencas en Honduras.

Tolupanes

Durante el siglo XVI, el término Jicaque (a veces escrito Xicaque o Hicaque) parece haber sido utilizado por los mexicanos para designar a los habitantes originales no-mexicanos de Honduras, luego fue aplicado más ampliamente a cualquier grupo no-converso u hostil de la zona hacia el sur, hasta Nicaragua y Costa Rica. A pesar de la confusión en el uso de los términos Xicaque y Jicaque, Greenberg y Swadesh han identificado el Jicaque como una lengua distinta perteneciente al tronco lingüístico Hokan-Sioux. El término Jicaque o Xicaque, como en la actualidad se determina este grupo, tiene también denominaciones como la de "tol", tolupán, torrupán. Actualmente en Honduras se usa el termino tolupán, para definir a este grupo étnico.

Si retrocedemos en el tiempo, encontramos que este grupo tenía como frontera el Valle de Sula. Evidencias lingüísticas del siglo XVI, muestran que el Valle de Sula era punto de reunión entre los mayas y tolupanes, cuya cultura era menos compleja que la de los mesoamericanos (los mayas) y típico de los pueblos centroamericanos (todos los que no eran mayas).

La ubicación de los tolupanes en el inicio de la colonización española esta sujeta a discusión. Los cálculos más conservadores los ubican desde la desembocadura del río Ulúa hasta las inmediaciones de Trujillo, haciendo de frontera hacia el interior del país (aproximadamente) lo que hoy son los limites norteños de los departamentos de Comayagua, Francisco Morazán y Olancho. Por los rasgos históricos y etnográficos disponibles, se deduce que los tolupanes durante la época prehispánica, constituían un grupo cazador-recolector que se dispersaba por una amplia región y que su re-plegamiento hacia las zonas más abruptas del interior de la plataforma del caribe de Honduras se debe a la captura y explotación de que fueron objeto por parte de los conquistadores.

Mientras culturalmente, los tolupanes se parecían a los sumos, payas y misquitos, diferían de ellos lingüísticamente... Chapman, citando al lingüista Bright, asegura que representan uno de los mayores enclaves sureños del tronco Hokan. Los antropólogos y lingüistas que han estudiado la lengua, torrupán, entre ellos la antropóloga Chapman, le calculan 5000 años de antigüedad. Ellos relacionan la lengua tolupán (torrupán) con la familia norteamericana Hokon-Sioux. Sin embargo, la discusión sobre el origen de esta lengua no parece estar cerrada. Por otra parte, se han entablado polémicas sobre el origen de los tolupanes y, tomando en consideración sus rasgos lingüísticos, los sitúan emparentados con la familia Chibcha-Penutia, de origen sudamericano; o simplemente afirman que se trata de una lengua independiente y aislada. De lo que no cabe duda, a partir del dato lingüístico, es que nos encontramos con un grupo indígena antiguo, muy anterior a la civilización maya que supo, en medio de las transformaciones culturales del entorno mantener cierta identidad hasta épocas recientes.

En medio de todo este panorama histórico etnográfico, lo que podemos decir es que los tolupanes padecieron de un modo especial las primeras etapas de la conquista españoles caracterizada en Honduras por un fuerte tráfico de esclavos hacia las islas mayores del caribe y por el trabajo forzado. La persecución que se desató contra ellos durante la colonización los obligó a refugiarse en las selvas y montañas de la región centro-norte del país, manteniéndose dispersos y alejados del resto de la sociedad, lo que hizo que los tolupanes se convirtieran en casi nómadas y no lograran desarrollar una arquitectura propia. A través del tiempo han tenido que adaptarse a lo que las circunstancias les han presentado. Originalmente vivieron a la orilla del mar, a la orilla de ríos, luego huyeron tierra adentro y, por último, emigraron a las montañas.
 


Población actual y localización
Los tolupanes están constituidos en 28 tribus distribuidas en seis municipios del departamento de Yoro, más dos tribus emigradas el siglo antepasado a la Montaña de la Flor, municipio de Orica, Francisco Morazán.

Por la ubicación de las tribus en territorios de difícil acceso, en algunos casos, es imposible precisar la información. En un principio se conocían 21 tribus pero, a partir de la segunda mitad de la década de los ochenta, la FETRIXY (Federación de Tribus Xicaques de Yoro) comenzó a realizar un reconocimiento en la zona, ya que se constato la existencia de un buen número de pequeños grupos tribales que se separaron de las tribus reconocidas, por distintas razones, y formaron grupos aislados en las montañas. Por el contacto con los españoles y por el continuo contacto con los ladinos, los tolupanes han perdido aceleradamente muchos valores y costumbres ancestrales, proceso que ha afectado, especialmente, su lengua materna (el tol).

En el departamento de Yoro se localizan las tribus de: Plan Grande, Anisillos, Matadero, Santa Marta, Subirana, El Tablón, El Pate, El Palmar, Lagunitas, La Pintada, Luquigüe, Mina Honda, San Esteban, Candelaria, Las Vegas, Agua Caliente, Zapotal, San Francisco de Locomapa, El Siriano, Jimía, La Bolsita, Guajiniquil, Santa Rosita y Placencia; tres tribus en la Montaña de La Flor y una en el municipio de Marale, Departamento Francisco Morazán.

La población tolupán la establecemos aproximadamente, en unos 19300 individuos, de los que sólo los que habitan en la Montaña de La Flor conservan su lengua materna. Es necesario señalar que la cultura tolupán es similar a la de los tawahkas, misquitos y pech, por ser una "cultura de la selva tropical" cuyas características según A.Chapman, son: asentamientos semi-permanentes, casas multifamiliares, agricultura rudimentaria, caza (con arco, cerbatana) y pesca. Cestería, poca alfarería y calabazas. Ropa de corteza (en la actualidad, la vestimenta se ha latinizado), sociedad igualitaria gobernada por caciques (ahora regida por asambleas de ancianos y shamanes). Utilización de bebidas (chicha) en bodas y funerales. Dispersos en el interior de las montañas, los caseríos son pequeños y casi todos sus habitantes son familiares.


Aspecto Cultural
Las manifestaciones culturales cosmogónicas han desaparecido, salvo en la tribu de la Montaña de La Flor. Hay ausencia casi absoluta de manifestaciones artísticas.

La lengua tol se encuentra en estado de supervivencia; la hablan en forma aislada sólo una porción de las personas adultas, sólo en cuatro de las tribus mencionadas se encuentran todavía personas que la hablan. En muchas otras tribus se perdió desde la generación pasada o la antepasada, encontrándose algunos ancianos que recuerdan ciertas palabras que intercambiaban con sus madres.

Dando una cifra aproximada, podríamos decir que el tol lo hablan unas 700 personas; el mayor número de hablantes está en la tribu de la Montaña de La Flor, con unas 410 personas; el resto, esta disperso, en las demás tribus, donde lo hablan solamente las personas de edad avanzada.

La mayoría de la población india no habla su lengua. Las presiones discriminatorias ejercidas por los ladinos mediante burlas, imprecaciones y recriminaciones contra los torrupanes por la forma en que hablan el español, ha hecho que los indios se preocupen más por mejorar el español, que trasmitir su lengua a las nuevas generaciones.

Las prácticas culturales, ceremonias y ritos de transición (nacimiento, adolescencia, muerte) han desaparecido. Los tolupanes de la Montaña de la Flor tienen la costumbre de velar a sus muertos en la cocina durante 24 horas, los tolupanes comen su alimento diario y beben café. No utilizan cajas para el entierro, el cadáver es envuelto en las mantas que ocupaba para dormir y así es enterrado. Sus pocas pertenencias son depositadas en la fosa. A diferencia de los ladinos, los tolupanes de la Montaña de La Flor no lloran a sus muertos durante la velación, nadie hace comentario alguno; simplemente reflexionan sobre lo que fue el difunto en vida.

La ropa que en la actualidad usan, la obtienen a través del comercio con los ladinos y solo en la Montaña de La Flor, se encuentran tolupanes que aún usan su traje tradicional llamado "balandrán". A pesar de sufrir una sustancial modificación de muchos elementos culturales y sociales, los tolupanes tienen conciencia de su pasado y paulatinamente, se integran al proceso de desarrollo nacional.

Su economía es de subsistencia, combinada con los estratos dominantes al interior de las tribus: los indios ricos y pequeños productores (economía mercantil simple). La economía tolupán vive un largo proceso de transición entre lo tradicional y lo moderno.


Aspecto religioso
Los tolupanes no son extremadamente religiosos, tal vez porque lo han olvidado por falta de practica o, simplemente, como una reacción a su situación de sometimiento durante 500 años. Además que los españoles no le dieron mucha importancia a la evangelización de estos "indios salvajes". En la actualidad prácticamente han olvidado su religión ancestral. A excepción de los tolupanes de la Montaña de La Flor donde todavía persisten muchas de las creencias ancestrales y juegan un papel importante en su cosmovisión, pero por la presencia de misioneros evangelizadores en la zona, ellos temen hablar de sus creencias.

Estructura organizativa
La familia no difiere aparentemente, de las familias ladinas del sector. Se encuentran sin embargo, en algunas tribus, ciertos rasgos que pueden sugerir características familiares ancestrales: la presencia durante el parte, remite a una figura paterna reforzada con aspectos ceremoniales. La tendencia a construir la casa cerca de la de los parientes más próximos recuerda sistemas de familia ampliada que, sin duda fueron mucho más evidentes en las antiguas culturas cazadoras de la época precolombina. Pese al fuerte proceso de latinización, en la actualidad los tolupanes son el grupo étnico mejor organizado dentro del contexto nacional. Están organizados en tribus y éstas a su vez pueden abarcar un número diverso de caseríos y aldeas. También hay tribus de un solo caserío.

Entre los tolupanes, el tipo de tenencia de la tierra es muy particular, dado que nadie la posee a titulo individual. Cada indígena tiene derecho a cercar su parcela y trabajarla; aunque no puede venderla, puede cercar la extensión que es capaz de trabajar, variando de 2-3 manzanas. Esta característica de la tenencia de la tierra esta vigente a pesar de que algunos caciques y cafetaleros se han agenciado más, despojando a muchas tribus de sus tierras.


Aspecto socioeconómico
Los tolupanes producen especialmente, granos básicos (maíz, frijoles, café) y explotan secundariamente recursos naturales silvestres con raíces y madera. La organización del trabajo es fundamentalmente individual. En ninguna tribu existe el cultivo comunal. Si bien la agricultura es de subsistencia, hay casos de indígenas que comercializan alguna cantidad de café, negocio típicamente ladino, cultivos de frijoles, maíz y casos aislados de venta de frutas, de verdura y yuca.

Los tolupanes pueden contarse entre los indígenas que han desarrollado un amplio conocimiento en cuanto al manejo de las abejas productoras de miel. Son especialistas en detectarlas y domesticarlas, cuando están en la montaña. Esta labor se inicia con el traslado de las larvas o huevos de la colmena silvestre a un trozo ahuecado y sellado en sus extremos, dejando únicamente el grupo de entrada y salida de las abejas. Se deja por unos días próximos al lugar de donde se extrajo y luego se traslada al patio de las viviendas.

chortis


El área Chortí, con Copán como centro cultural, fue la sede de la civilización del antiguo imperio Maya. el pueblo Chortí, encabezado por su cacique Copán Galel, presentó fuerte resistencia a la conquista española que culminó con su sometimiento.
El cacique Copán Galel fue un líder indígena rebelde del período de la conquista que los historiadores casi no mencionan y que actuó en tierras que ahora pertenecen a Guatemala y Honduras, en las zonas de Chiquimula y Copán. Copán Galel era el Cacique de Copán y cuando los españoles invadieron a Honduras inició la lucha contra ellos, solicitando el apoyo de los Señores o Caciques de Chiquimula y Esquipulas. Su ejército fue derrotado por los españoles y ya en desgracia y aconsejado de los suyos, resolvió rendir vasallaje al Rey de España. Su historia plenamente documentada se encuentra en la obra «Compendio de la Historia del Reino de Guatemala», por Domingo Juarros.
Los indígenas de habla Chortí pertenecen a los grupos Mayas meridionales y por ello están más estrechamente relacionados con los Mayas de Yucatán, Belice y parte norte de Guatemala. El grupo identificado como Choles que habita Chiapas son primos de los Chortí.
Históricamente, los Maya-Chortís de Honduras se localizaban en los departamentos de Ocotepeque, Copán y una estrecha franja del norte de los departamentos de Cortés y Santa Bárbara.
Actualmente, la mayor parte de estos indígenas están ubicados en Guatemala; Chiquimula (Jocotán, Esquipulas, Quezaltepeque, etc.) y departamento de Zacapa (La Unión); alcanzando una población de 60 mil personas.
La población Chortí del país vive en las zonas de difícil acceso como el Choncó, Colón Jubuco, San Rafael, Tapescos, Carrizalén y la Laguna en el municipio de Copán Ruinas. Su población es de unos 3,600 habitantes.
Los Chortís de Copán utilizan fundamentalmente el español como lengua de comunicación, quedando muy pocos hablantes de Chortí y los que lo hablan proceden de Guatemala.
Los límites territoriales entre Honduras y Guatemala han separado a la población Chortí de ambos países, lo que ha contribuido a la pérdida de la lengua y en general a su extinción étnica.
Su forma de vestir tradicional aún se mantiene. Su cultura musical está expresada por una serie de instrumentos como la teponagua, el cortín, el tambor, el pito, chinchín, sonaja y el cuerno. El rito más representativo es «El Baile de los Gigantes».
Su dieta alimenticia se reduce básicamente al uso del maíz y frijol. Es maíz es preparado en diferentes formas en bebidas como chilate, pozol, atole dulce y agrio (chuco), tortillas, tamal de viaje, el totoposte y bebidas embriagantes: chicha mezclada con jugo de caña o piña fermentada.
La mayoría de sus viviendas están construidas de madera y lodo conocido como bahareque, techo de paja y piso de tierra. Las casas tienen divisiones de tela o papel y algunos casos varas y zacate.
La actividad económica fundamental de los Chortís es la agricultura.
Elaboran una serie de artesanías como matates, mecapales, petates y canastos.
En el momento actual, la etnia Chortí no se encuentra unificada alrededor de una organización política que respalde sus luchas reivindicativas por la tierra y sus costumbres.
La región donde viven es montañosa y accidentada. En ningún sector de la región hay extensión de bosque virgen, debido a la densidad de la población y a la carencia de tierras no cultivadas. El bosque existente en la zona es de pino, roble, ceiba, cacao, copal, etc.
Los Chortís profesan culto y veneración a la naturaleza mediante los ritos a los dioses de la tierra y consagración a las simientes y en honor a los dioses del viento.

pech

pech

Se han realizado pocos estudios sobre este pueblo indígena. En la época precolombina, vivían en la parte central de la Mosquitia. Hondureña y en el noroeste del departamento de Olancho y hasta la ultima mitad del siglo XVII, ocupaban toda la comarca entre los ríos Aguán, Patuca y el mar; eran además dueños del litoral de la región desde Caratasca hasta el cabo Gracias a Dios, frontera con Nicaragua.
Lehmann y otros creen que las Islas de la Bahía también estuvieron ocupadas por los pech. Fundamentan esta propuesta en que, en 1622, indígenas de las Islas de la Bahía fueron utilizados como intérpretes por una expedición misionera entre los Pech de tierra firme. Además, Stone y Epstein sugieren que los artefactos encontrados en las Islas de la Bahía son similares a los encontrados en territorio Pech en tierra firme. Parece ser que las Islas de la Bahía estaban habitadas por los Pech y por comerciantes Mayas, cuya presencia allí ya ha sido señalada.
Los indígenas Pech también han sido llamados payas, poyers y pahayas, denominaciones que son rechazadas por los miembros de esta etnia, por hacer alusión a bárbaro, salvaje, incivilizado (así eran nombrados por los conquistadores españoles). Ellos se autodenominan "Pech" que significa "Gente", término que es usado para referirse solamente a ellos; para el resto de la población utilizan los términos pech-akuá (la otra gente) o bulá que quiere decir ladino. Lehmann y Greenberg consideran que la lengua pech deviene del Chibcha, aunque algunos otros lingüistas la consideran como una legua aislada.
En la actualidad la mayoría de la población pech se ha mezclado en cierto grado con los misquitos y como resultado, están enfrentando la pérdida de su lengua y cambios significativos en su organización social.
Durante el siglo XVI la región habitada por los pech formaba parte de la provincia de Varaguas o de Cartago, que se extendió desde Panamá hasta el cabo Gracias a Dios. Posteriormente, La Mosquitia. fue constituida como parte de la provincia de Tegucigalpa. Según estudios realizados, los conquistadores tardaron mucho tiempo en penetrar el área pech. La primera expedición se llevó a cabo en 1564 pero, debido a la fuerte oposición de los indígenas, se llegó a la conclusión de que solo mediante la religión se podría conquistar la zona.
A mediados del siglo XVIII piratas ingleses, franceses y holandeses se establecieron en la Mosquitia hondureña y se aliaron con los misquitos que vivían en la región. Los piratas establecieron buenas relaciones con los misquitos y les proporcionaban armas de fuego, con éstas obligaron a otros grupos indígenas, entre ellos los pech a replegarse al interior del territorio selvático. Fue así como los pech fueron desalojados de la costa y se ubicaron cerca del río Patuca, Sicre Twas, río Plátano, Paulaya y Sico, en tanto que los misquitos extendieron sus dominios por toda la costa hasta el cabo Camarón. Los datos históricos señalan que a lo largo de todo el siglo XVIII, los misquitos cometieron muchas atrocidades contra los pech, con el fin de capturarlos y venderlos como esclavos a los comerciantes ingleses. Esto provocó que la población pech se redujera en poco tiempo.
Hasta los siglos XVIII, los pech vivían en el corazón de la zona selvática de Agalta, su actividad productiva fundamental era la cacería y la pesca, con una incipiente agricultura basada, principalmente, en el cultivo de tubérculos como la Yuca dulce y, eventualmente el del maíz. Los pech se caracterizaban por ser nómadas.
La historia mítica del pech habla que este pueblo es hijo del rayo y que los rayos, en épocas anteriores fueron pech que vivieron sobre la tierra y que lucharon por exterminar a los gigantes caníbales representados por Takascró, jefe de esta raza, pero antes se batieron contra sus guerreros, los Chaca-Chacay, que eran enormes lagartijas. En sus relatos muestran indicios de una cosmovisión ancestral que aún se conserva viva; un héroe cultural contribuye a desarrollar su civilización, mediante el aporte de los bienes culturales: el maíz, la agricultura y la medicina. Girard sugiere que había un gran centro religioso sobre el río Plátano, donde petroglifos pech han sido encontrados.
De acuerdo a los relatos de ancianos:  "Por cuatro siglos, los pech vagaron errantes por la selva de Agalta, buscando escondrijos, para no ser encontrados por los colonizadores y los zambos, quienes los perseguían para venderlos como esclavos en las Antillas". La ventaja de ser un pueblo nómada y su estrategia de supervivencia étnica-cultural, les permitió sobrevivir y mantener viva su cosmogonía, su religiosidad, su organización social y su tradición alimenticia.
Aunque en su mayoría se consideran católicos, aún se observan rasgos de su antigua religión. La pérdida de la cultura pech se inicia a partir de la época colonial y se incrementó a partir de los años 60's del pasado siglo, periodo en el cual se da una mayor articulación de la sociedad nacional hacia el grupo indígena.

tawakas

tawakas
Los Tawahkas
Los tawahkas o sumos, como también se les denomina, son uno de los grupos indígenas que habitan en las riberas del río Patuca, en el departamento de Gracias a Dios y parte del departamento de Olancho en Honduras y en la Costa Atlántica de Nicaragua. La región que comprende el departamento de Gracias a Dios se conoce como La Mosquitia. Aquí nos referiremos a los tawahkas ubicados en Honduras.
Tierra adentro de la costa de La Mosquitia viven los tawahkas. La mayoría de ellos reside en la aldea de Krausirpe, ubicada en la margen derecha del Patuca (viniendo río arriba desde Wampusirpe) y en la desembocadura del río Wampú. La única vía de comunicación de esta comunidad es el río Patuca.
Los tawahkas habitan esta región desde el siglo XVII, aproximadamente. De acuerdo a Linda Newson, "los sumus eran uno de los grupos indígenas más extensos de Centroamérica durante el período colonial. Se extendían hacia el sur desde el río Patuca en Honduras, a través de la Sierra Central de Nicaragua, hasta el río Rama. Hacia el oeste se extendían dentro del sur de Honduras, y en Nicaragua colindaban con los matagalpas y con el Lago Nicaragua".
Durante la época colonial, se vieron obligados a replegarse hacia el interior del país, ante la belicosidad e intransigencia de los misquitos o zambos; así fue como se establecieron en la región actual.
En la parte de Honduras, existen de 800 a 1,000 tawahkas, aunque es imposible precisar un número exacto, pues desde 1974 no se han efectuado censos poblacionales sobre las comunidades indígenas del país. Los datos que presentamos son aproximados. En total, estimamos que su número (los de Nicaragua y Honduras juntos) es de 14,000, aproximadamente.
Sin embargo, las siete comunidades que constituyen este grupo en Honduras: Krausirpe, Krautara, Dimikian, Yapuwas, Kamakasna, Wasparasni y Santa Marta, albergan 704 personas, distribuidas de la siguiente manera:
Pueblo No. de Casas Población
Krausirpe 58 390
Krautara 10 110
Dimikian 4 40
Yapuwas 6 32
Kamakasna 5 57
Wasparasni 2 10
Santa Marta 8 65
_____________________________________________________
Total 93 704
Los poblados tawahkas son materialmente pobres; desprovistos de los servicios de agua potable, luz eléctrica y servicios sanitarios y rodeados por extensas zonas selváticas. La única forma de comunicación es por medio de pipantes (una especie de canoa). Los viajes en pipantes pueden durar de tres a cuatro días, para poder comunicarse con Ahuas y Barra Patuca, las poblaciones de mayor importancia en la región.
Debido a las uniones continuas dentro del grupo y a la carencia de servicios de salud, así como a la falta de capacitación en cuestiones de higiene, hay un descenso considerable de la población. Por otra parte, son comunidades pequeñas, totalmente aisladas.
Alimentación
La dieta alimenticia de los tawahkas está constituida por arroz, guineos, plátanos y yuca; en algunos casos, carne de pescado, tortugas, huevos de gallina, cangrejos, animales de monte (venado, jaguilla, quequeos y danto o tapir) y, en menor proporción, carne de cerdo y carne de res.
La influencia misquita en la alimentación se manifiesta con el guabul, bebida preparada con plátano, chato o guineo maduro o verde cocido, que luego machacan en calderos de hierro; luego, a la masa le agregan leche de coco, de vaca o agua y azúcar, según las posibilidades familiares. Esta bebida la consumen durante los tres tiempos de comida.
También hacen guabul de una fruta llamada mazapán y de pejivalle. También consumen pejivalle o sopa cocida y preparan bunya, que es un plato hecho con yuca cocida, machacada, que dejan fermentar por espacio de varios días, luego se envuelve en hojas de plátano o bijao para su conservación.
El sasal lo preparan con yuca rayada, que envuelven en hojas de bijao o plátano para conservarla; de esta masa preparan tortillas, según se presenta la necesidad. La chicha es otra bebida típica muy consumida por los tawahkas; para su elaboración utilizan diversos productos.
Lengua
Según estudios consultados, la lengua Tawahka y la Misquita son bastante semejantes en su estructura morfológica y sintáctica, aunque no tienen mucho léxico en común.
Ambas lenguas pertenecen al grupo macro-chibcha, grupo lingüístico de origen sudamericano. Se supone que en fechas muy lejanas los antepasados de los Tawahkas, Misquitos y los Ramas (otro grupo emparentado), emigraron desde lo que hoy es Colombia pasando por el istmo de Panamá.
Los Tawahkas llaman a su lengua twanka, que muestra una similitud con la denominación que, a principios del siglo XVII los españoles dieron a los indios de la zona del Guayape-Guayambre: Tahuajcas. La lengua materna de este pueblo es el Tawahka, pero también hablan Miquito y el español, aunque aun tienen cierta dificultad para hablar español.